Siete razones de porqué las personas no necesitan comer carne
Exploramos estudios científicos que hablan de los riesgos del consumo de carne
La carne se ha considerado durante mucho tiempo una fuente primaria de proteínas y nutrientes. Durante miles de años, los seres humanos han dependido de la carne como alimento básico en su dieta. Sin embargo, en los últimos años, el debate sobre los efectos del consumo de carne en la salud ha cobrado mucha fuerza.
Con la creciente popularidad de las dietas basadas en plantas, impulsadas por las implicaciones para la salud, las preocupaciones éticas en torno al bienestar animal y la sostenibilidad medioambiental, ¿sigue justificado comer carne?
Aunque la investigación científica ha apoyado tradicionalmente la idea de que la carne es una parte importante de una dieta equilibrada, nuevas pruebas están arrojando luz sobre por qué los seres humanos podrían no necesitarla realmente.
¿Es sano y necesario comer carne?
Aunque la carne es una buena fuente de proteínas y otros nutrientes esenciales, también puede tener un alto contenido en grasas saturadas y colesterol, lo que puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiacas. Algunos estudios también han relacionado el consumo de carne roja con un mayor riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer, como el de colon y el de próstata.
Además, la producción de carne tiene un impacto significativo en el medio ambiente, ya que contribuye a la deforestación, la contaminación del agua y las emisiones de gases de efecto invernadero.
La producción de carne también es cuestionable desde el punto de vista ético. La cría industrial de animales plantea serias dudas sobre los derechos de los animales. Los animales son tratados como meras mercancías, con escasa consideración por su bienestar físico o emocional. Se les niega la oportunidad de participar en comportamientos naturales como pastar, hozar y socializar con otros miembros de su especie. A menudo son transportados largas distancias en condiciones de hacinamiento, sometidos a temperaturas extremas y a un trato brusco. Y cuando llegan al final de sus cortas vidas, a menudo son sacrificados de forma dolorosa y traumática.
Aunque las razones para plantearse reducir o eliminar la carne de la dieta son variadas, desde la posibilidad de obtener los nutrientes necesarios de fuentes vegetales hasta la reducción potencial del riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer, pasando por ser más amable y compasivo con otros seres vivos y salvar el planeta.
He aquí algunas razones, respaldadas por estudios científicos, que sugieren que el ser humano puede prosperar sin carne.
1- Alternativas vegetales ricas en nutrientes
Los alimentos de origen vegetal pueden proporcionar todos los nutrientes esenciales que ofrece la carne, pero sin los riesgos potenciales para la salud.
Un estudio publicado en el Journal of the American College of Nutrition afirmó que las dietas basadas en plantas bien planificadas pueden satisfacer las necesidades nutricionales de las personas en todas las etapas de la vida, incluidas las infancias y los atletas.
2- Reducción del riesgo de enfermedades crónicas
Numerosos estudios han relacionado el consumo elevado de carne con un mayor riesgo de enfermedades crónicas como las cardiopatías, la diabetes y ciertos tipos de cáncer. Un metaanálisis publicado en la revista JAMA Internal Medicine reveló que una mayor ingesta de carnes rojas y procesadas se asocia con un mayor riesgo de mortalidad.
3- Reduce el colesterol y la presión arterial
Las dietas basadas en plantas son naturalmente bajas en grasas saturadas y colesterol, lo que puede ayudar a reducir los niveles de colesterol en la sangre y reducir el riesgo de enfermedades del corazón. Otro estudio publicado en la revista JAMA Internal Medicine indicó que las dietas vegetarianas están asociadas con niveles más bajos de presión arterial.
4- Control del peso
Las dietas basadas en plantas suelen ser más bajas en calorías y grasas saturadas, lo que las hace apropiadas para el control y la pérdida de peso.
Un ensayo controlado aleatorio de cinco dietas diferentes, mostró que los participantes en una dieta vegana experimentaron una mayor pérdida de peso en comparación con los de una dieta convencional, que incluía vegetariana, pescatariana y omnívora.
5- Salud intestinal y diversidad del microbioma
La investigación sugiere que las dietas basadas en plantas pueden promover un microbioma intestinal más diverso y beneficioso, que está vinculado a una mejor salud general.
Una revisión sistemática de 12 estudios de intervención indicó que una dieta basada en plantas puede tener un impacto positivo en la composición de la microbiota intestinal en comparación con las dietas convencionales, junto con efectos beneficiosos sobre las mediciones bioquímicas y antropométricas en participantes sanos, así como en pacientes obesos, cardiovasculares y con artritis reumatoide.
6- Reducción del riesgo de resistencia a los antibióticos
El uso generalizado de antibióticos en la ganadería ha contribuido a la resistencia a los antibióticos, un problema de salud mundial. Elegir alimentos vegetales en lugar de carne puede ayudar a reducir la demanda de productos cargados de antibióticos.
En un estudio, publicado en la National Library of Medicine, los investigadores analizaron una cepa de la bacteria denominada FZEC, (food-borne zoonotic E. coli) y descubrieron que el 8% de las infecciones urinarias estaban causadas por E. coli presente en carnes como las de pavo, pollo y cerdo que se vendían en la zona. Llegaron a esta conclusión tras realizar un seguimiento de pacientes durante un año en un hospital de Flagstaff (Arizona). Lo extrapolaron a una cifra nacional de entre 480.000 y 640.000 al año.
7- Sostenibilidad medioambiental
Más allá de la salud personal, no se puede ignorar el impacto medioambiental del consumo de carne. La producción de carne está asociada a importantes emisiones de gases de efecto invernadero, deforestación y consumo de agua.
Uno de los mayores análisis de sistemas alimentarios realizados en 2018, que recopiló datos de 38.000 granjas comerciales de animales en 119 países, mostró que un mínimo del 14,5% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero son resultado de la agricultura animal.
Otro estudio de 2021, indicó que la carne es responsable del 57% de todos los gases de efecto invernadero procedentes de la producción de alimentos, casi el doble que los alimentos de origen vegetal (29%).
¿Aumenta la carne el riesgo de ictus?
Hay pocas pruebas de que la carne aumente el riesgo de ictus. Sin embargo, los estudios demuestran que el consumo de una sola ración de carne roja o procesada al día aumenta el riesgo de ictus.
Por carne procesada se entiende cualquier carne que se haya conservado o aromatizado: curándola, salándola o alterando de algún modo, como el beicon, las salchichas, el jamón, el pepperoni y todos los tipos de salami. Las carnes rojas incluyen la ternera y el cerdo.
Un estudio publicado en el European Heart Journal en 2020 analizó los hábitos alimentarios de 418.329 participantes de nueve países europeos durante 12 años como parte de la cohorte EPIC. El estudio descubrió que el consumo de carne aumentaba el riesgo de ictus isquémico, mientras que una dieta rica en alimentos vegetales lo disminuía.
El estudio llegó a la conclusión de que un consumo diario de tan sólo 50 gramos de carne roja o procesada se relacionaba con un riesgo un 14% mayor de sufrir un ictus isquémico.
Por otro lado, un estudio publicado en el Journal of Geriatric Cardiology concluyó que los pacientes con alto riesgo de ictus, sobre todo de ictus isquémico, deberían recibir información sobre una nutrición basada en plantas con una cantidad adecuada de vitamina B12 como posible modificador del riesgo de enfermedad.
