Racismo Ambiental: ¿Qué es y cómo lo podemos ver?

Racismo Ambiental: ¿Qué es y cómo lo podemos ver?

El racismo ambiental es una realidad que afecta a pueblos y comunidades desfavorecidas por el fenómeno de industrialización del planeta y cambio climático. Ante estos procesos globales, el impacto de la contaminación es desigual en diferentes partes del mundo, con amplios sectores de la población que se ven afectados en su ecosistema.

Las ganancias importan más que las personas

Según señala la página de FEP (Food Empowerment Project), una definición para racismo ambiental puede ser la siguiente: “El hecho de que algunas comunidades están agobiadas por un número desproporcionadamente mayor de instalaciones industriales que contaminan el aire, el suelo y el agua. Este tipo de instalaciones industriales contaminantes, como son los rellenos sanitarios, los incineradores de basura, las plantas termoeléctricas de carbón y los vertederos de residuos tóxicos, por lo general se ubican en las comunidades de minorías étnicas y de bajos ingresos, y afectan el bienestar de sus habitantes. La salud de estas personas a menudo también se ve comprometida por la falta de acceso a alimentos saludables en sus vecindarios”.

Este sitio web enfatiza que las ganancias importan más que las personas, y lo ejemplifica con un ejemplo arrollador: “Los directivos de la industria dan prioridad a las ganancias sobre el bienestar de los habitantes al ubicar sus instalaciones en esas comunidades intencionalmente: debido el estrecho vínculo entre raza y clase en los Estados Unidos, las zonas rurales pobres, donde la tierra es más barata, tienden a albergar comunidades de minorías étnicas”.

Es necesario advertir sobre este fenómeno, ya que desde México y América Latina nos debemos entender como una población desfavorecida en este tema. Casos como el “nearshore”, la explotación agrícola y la deforestación del Amazonas, pueden ser algunos ejemplos que detallaremos más adelante. 

Discriminación racial

A propósito de Brasil, podemos recomendar esta lectura de Tayná Lemos y Marcella Ribeiros, quienes señalan que en ese país “el racismo ambiental afecta tanto a comunidades urbanas periféricas como a comunidades rurales tradicionales. Y, al igual que en Estados Unidos, una de sus facetas es la contaminación desproporcionada que sufren esas minorías, en comparación con la clase media blanca. Se trata de la contaminación del aire y del agua con agentes tóxicos, metales pesados, pesticidas, químicos, plásticos, etc”.

Este texto ofrece un aporte teórico a este fenómeno, ya que informa que el concepto fue acuñado en Estados Unidos por el investigador Benjamin Chavis luego de observar que la contaminación química de las industrias era vertida sólo en los barrios negros. “El racismo ambiental es la discriminación racial en las políticas ambientales. Es la discriminación racial en la elección deliberada de las comunidades negras para depositar residuos tóxicos e instalar industrias contaminantes”, dijo Chavis.

El sitio GenV es claro en hacer una relación de este fenómeno con la justicia social, ya que realiza el paralelo al indicar que “justicia medioambiental se refiere a las formas en que las comunidades marginadas se ven más afectadas negativamente cuando se daña el medio ambiente. Cuando una de esas comunidades marginadas está formada por comunidades negras y nativas: esto es racismo medioambiental”.

En este texto se enumeran algunos ejemplos que dan pie a la investigación y aporte de este concepto teórico. Entre los ejemplos está el desastre de Níger, en 1957, originado por la petrolera Shell en contra de la comunidad Ogoni, quienes han exigido justicia durante décadas.

Otro caso es la mina de carbón de Somkhele, en Sudáfrica, lo que ejemplifica el impacto de la minería informal en el acceso al agua para comunidades adyacentes.

Un caso en Estados Unidos es el explosivo desarrollo de criaderos agrícolas en Carolina del Norte durante la década de los 80’s y 90’s. 

Para este fenómeno de racismo ambiental, el sitio identifica estas consecuencias:

– Discapacidades congénitas por residuos tóxicos

– Enfermedades respiratorias por el aire contaminado

– Mala calidad de vida

– Pérdida de movilidad social, ya que los residentes no pueden vender propiedades en la zona afectada

– Desempleo, ya que las condiciones alejan a otras industrias

– Destrucción del medio ambiente y pérdida de la vida silvestre, ya que las preocupaciones de las personas marginadas suelen ser desestimadas con mayor facilidad

En este texto de Tania Pacheco en revista Polis, se analiza en profundidad el desarrollo del racismo ambiental en América Latina, y cómo este puede analizarse desde una visión política. Desde la idea de lucha de clases de Marx, se desglosa una dialéctica hacia el capitalismo que pueda explicar las inequidades que encontramos en la distribución de los impactos medioambientales en el mundo, como ejemplo de racismo e inequidad social, definida por la capacidad económica de las comunidades que no sufren este problema.

La autora describe el Racismo Ambiental como “una lucha que trasciende el color de la piel”, y propone que “enfrentar la injusticia y el Racismo Ambiental es un desafío para todos nosotros, independientemente de los colores de nuestras pieles.

Las raíces culturales que los alimentan son hondas, penetradas por las luces deslumbrantes y engañadoras del “espíritu del capitalismo”. Tener claridad de ese hecho y combatirlo es base fundamental para la construcción del proceso democrático y de la verdadera ciudadanía”.

Visita nuestra sección de Activismo o Cultura para más información sobre estos temas.
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