Quiero ser vegane, ¿qué hago primero?
Muchas personas me han preguntado que cómo me hice vegana, que qué me motivó, si se me dificultó, si extraño la carne o los lácteos, si soy una “verdadera vegana”, si no se me antoja un buen bistec e incluso hasta que si quiero necesariamente una pareja con el mismo tipo de alimentación y practicas de vida que yo. Las respuesta a estas preguntas son: con mucha fuerza de voluntad. Lo hice por tres razones. Sí, sí se me dificultó y no acabo de aprender. No, ya no extraño ninguna carne ni lo lácteos. ¿Verdadera vegana? Bueno, depende para quién. El bistec es una vaca para mí y no concibo ya la idea de comer animales. Sería genial tener un hombre vegano como pareja, más por el momento no es requisito fundamental.
He encontrado que la transición al veganismo o a la dieta basada en plantas se da por diferentes motivos y circunstancias para cada persona, sin embargo el elemento común es la toma de decisión, la elección de asumir excluir los alimentos de origen animal de nuestra comida o de la vida en general.
¿Ser vegano o ser plant based?
Probablemente se estén preguntando ¿qué diferencia hay entre un vegano y alguien que adopta la dieta plant based? Bueno la respuesta es sencilla, me remitiré a la Vegan Society (1944) para entender el veganismo como una “filosofía y estilo de vida que puede cambiar al mundo al comer sólo del reino vegetal, al no consumir animales y al cuidar lo que se viste”. El vegano excluye por completo de su vida el consumo de cualquier producto que tenga relación con la experimentación, maltrato o matanza de algún animal o ser sintiente.
Por otro lado la dieta plant based, de acuerdo a la definición de The Association of UK Dietitians (2017), es aquella que apoya el consumo de alimentos derivados de éstas, que pudieran contener entre sus ingredientes una mínima cantidad de algún producto de origen animal o conllevar a una explotación de los mismos durante el acto de alimentarse o en cualquier otra actividad. Aquí, la persona únicamente adopta la dieta vegana sin necesariamente dejar de comprar o contribuir a la explotación animal en el acto de alimentarse o en cualquier otra área de su vida.
Así que la primer resolución que debes tomar es precisamente esta y dependerá mucho del por qué deseas hacer la transición, ninguna opción es mejor que otra. Lo que uno decide comer y consumir es un acto muy personal y subjetivo; sin embargo sea cuál sea el camino que tomes, te llevará a tener que hacer algunos paulatinos y grandes cambios en tu estilo de vida.
Okay, pero entonces, ¿por dónde empiezo?
Hay gran cantidad de veganos y plant based que antes de hacer la conversión fueron vegetarianos (comían huevos y lácteos), a experiencia propia te diré que mi transformación la llevé a cabo saltándome este paso, sin embargo fue de manera paulatina, no amanecí una mañana diciéndome: “Laura, desde hoy serás vegana”. No, más bien una cosa me llevó a la otra, lo hice paso a paso, sin mentor pero bien informada.
Por lo tanto, es muy importante que tomes en cuenta las recomendaciones que a continuación te comparto:
Aprende a comer: este paso es esencial y quizás el más importante. Ciertamente para llevar a cabo cualquier dieta -aún las omnívoras- debes saber y conocer las propiedades de la comida que ingieres, qué porciones mínimas necesita el cuerpo de cada cosa y así puedas después sustituirlas por alimentos vegetales. En el caso de las dietas basadas en plantas es destacable el identificar las fuentes de proteína; existe el mito de que sólo lo de origen animal es lo único con propiedades proteicas, y no es así, el reino vegetal te brinda todo lo que necesitas para una buena salud, sólo infórmate antes de emprender tu propósito vegano, hoy en día está al alcance de todos.
Lee las etiquetas de ingredientes y el contenido nutrimental: en serio te sorprendería la cantidad de alimentos y productos misceláneos a los que le agregan proteína de leche o algún derivado de res, con decirte que hasta las gotas desinfectantes traen ingredientes animales, cuando yo lo descubrí dije, ¡¿para qué?!A saber. Entonces, acostúmbrate a leer esta información, será algo tedioso al principio, sin embargo pronto se te hará un hábito y te evitará caer en equivocaciones, malos momentos y sabores de boca.
Quítate la pena: cuando salgas a algún lugar a comer y en la carta no vengan los ingredientes del platillo, pregunta. Asume siempre que nada es totalmente vegano, quizás la salsa de los chilaquiles tenga consomé o al arroz le pongan caldo de pollo, puede ser que a los frijoles los refrían con manteca de puerquito y a la ensalada le agreguen aderezo lácteo, no lo sabes, por lo tanto pregunta sin pena.
Lleva tu itacalte: yo cargo mi botana a las fiestas o mi platillo fuerte a las reuniones entre amigos, llevo mi avena y mi leche de planta a todas partes e incluso hago una comida completa antes de ir a algún lugar dónde me late que no habrá opciones vegan friendly. El tema es, yo soy la que come distinto, no necesariamente habrá guacamole en todos lados y aún no soy faquir, así que ni modo, cargo mi comidita y todos felices.
Consume vitamina B12, SÍ o SÍ: esto no es opcional, ni para los veganos ni para los plant based. La vitamina B12 ayuda a mantener sanas las neuronas, los glóbulos sanguíneos y contribuye a la formación del ADN. Generalmente se encuentra en mayor cantidad en aquellos alimentos de origen animal y si ya no los consumes tus reservas se acabarán en un periodo de tiempo indefinido. Su deficiencia puede causarte anemia y daño al sistema nervioso; es conveniente entonces suplementarte o consumir aquellos alimentos veganos fortificados con ésta. Personalmente tomo una cápsula vegana de 1500 mcg al día (no todas las presentaciones de B12 son veganas, favor de leer los ingredientes).
Toma baños de sol: la vitamina D es otra que viene agregada a los productos de origen animal y ayuda al cuerpo a la absorción del calcio, además de mantener nuestros músculos sanos. Una forma de obtenerla es a través de la piel cuando se expone directamente a la luz solar, lo que sí, hay que tener cuidado de no exponerse demasiado tiempo o en horas de mayor intensidad. También se puede optar por suplementarse o comer alimentos vegetales que la contienen.
Acércate a algún nutriólogo profesional: si tienes inseguridad en cuanto a tu forma de comer, propiedades, cantidades, etcétera o estás desorientada en el tema, acude con un nutriólogo especialista, de preferencia uno que haya tratado o tenga experiencia con las dietas veganas y vegetarianas. Nadie nacemos sabiendo exactamente cómo llevar a cabo una alimentación correcta, no dudes en buscar un profesional o algún mentor vegano, la organización no gubernamental Vegan Outreach ofrece esta facilidad. Busca todo el apoyo que necesites y no dejes de informarte.
Por último, siempre les digo a mis conocidos que si no desean adoptar la dietas vegana no vean los documentales de Cowspiracy, What the Health, Dominion, Earthlings ni similares, pero si ya estás en este camino, seguramente te mantendrán inspirada para seguir encausada.
#GoVegan
Referencias:
The Vegan Society. (2018). Definition of veganism. Recuperado de https://www.vegansociety.com/go-vegan/definition-veganism
The vegan society: (2019). Vitamin B12. Recuperado de https://www.vegansociety.com/resources/nutrition-and-health/nutrients/vitamin-b12
The Association of UK Dietitians (2017). Plant based diet. Recuperado de https://www.bda.uk.com/foodfacts/plant-based_diet
National Institutes of Health. (2019). Vitamina D. Recuperado de: https://ods.od.nih.gov/factsheets/VitaminD-DatosEnEspanol/
Vegan Outreach. Vegan Mentor Program. (2019) Recuperado de https://veganoutreach.org/vegan-mentorship-program/