¿Qué está pasando en el movimiento por la liberación animal en México?

¿Qué está pasando en el movimiento por la liberación animal en México?

Por: Fernanda García Naranjo

Primero lo primero, ¿qué es el movimiento por la liberación animal? Podemos definirlo como aquel que se opone al especismo1, o sea al uso de animales en eventos de recreación, investigaciones, alimentación, exhibición en los zoológicos, etcétera, en general toda violencia y opresión hacia elles. Y de hecho, suele pasar que, aún cuando los animales no son explotados, sí son discriminados porque no son tomados seriamente en consideración (podemos ahondar en este tema en otra publicación).

Foto: Sofía Dumat

El movimiento por la liberación animal tiene raíces en las primeras sociedades protectoras y conservacionistas creadas a finales del siglo XIX e inicios del XX y fue hasta las décadas de 1970 y 1980 cuando surgió en el norte global el movimiento en defensa de los derechos de todos los animales, encabezado por un grupo de filósofos y pensadores de la Universidad de Oxford. En México el movimiento ha crecido durante las últimas décadas y hemos visto cómo el activismo por los derechos de los demás animales ha cobrado fuerza.

El panorama en México

Hablando con distintas personas (activistas, psicólogues, sociólogues, entre otres) me he dado cuenta que, desafortunadamente a pesar de que existen distintos grupos, organizaciones e invididues antiespecistas,  el “infighting2” o pelea interna está siendo algo muy común dentro de elles.

Creo que es importantísimo que alcemos la voz sobre esta situación pero sobre todo que actuemos en consecuencia. Y se preguntarán… ¿qué podemos hacer? En mi opinión se necesita un trabajo dentro de dos perspectivas: la individual y la colectiva.

Foto: Sofía Dumat

En el caso de lo individual creo que como activistas tenemos la responsabilidad de estar en constante autocrítica, reflexión y aprendizaje. De la misma forma, como colectivo sería muy sensato recordar que tenemos una meta en común y buscar puntos en los que podamos colaborar, usar nuestra diversidad a favor, siendo inclusives y sobre todo ser el ejemplo de lo que buscamos, un mundo libre de violencias y opresiones.

Para lo anterior existen distintas técnicas, algunas son: terapia, círculos de lectura y reflexión, talleres y entrenamientos, creación de redes, entre otras.

¿Y la viabilidad?

¿Es sencillo? Probablemente no, pero sí es posible y sobre todo creo que la consolidación de un movimiento fuerte repercutirá positivamente en la vida de les animales tanto no humanes como humanes. Aquí me gustaría que recalcar que sin duda la flexibilidad y adaptación son elementos necesarios, sin embargo algo que en mi opinión no debería ser cuestionable en el movimiento es la filosofía antiespecista.

Sé que no soy la única que tiene esta idea de fortalecimiento del movimiento y no es que sea yo la portavoz oficial pero me gustaría aprovechar este espacio para invitar a todes aquelles a quienes les resuene este mensaje a que nos acerquemos y veamos cómo podemos colaborar porque sin duda alguna un mundo sin opresión es posible y… ¡lo estamos construyendo!

 

 

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