La bostezo en el mundo de las ideas
Por Jun
Vemos a alguien hacer un bostezo y nosotres lo hacemos. Uno de los principales símbolos de la sociedad humana es que somos imitadores y a veces involuntariamente, entonces me surgen un par de preguntas.
El problema no es el QUÉ nos enseñaron y repetimos sino la falta de juicio propio; me doy una respuesta anticipada.
¿Todo lo que hacemos es mera imitación y qué pasa con las demás especies?
Hace poco más de un mes estuve en el santuario antiespecista Eli, lugar en las montañas de Tepoztlán donde tienen a sus habitantes libres y en paz. Fui como voluntario y al estar ahí y mirar a las y los habitantes, hubo un momento; en realidad hubo muchos momentos donde les ví bostezar, y ese simple gesto me fue un símbolo de la mayor resistencia contra la represión que sus especies han sufrido por parte de la humanidad.
La respuesta al por qué es simple: son libres y no tienen que preocuparse por cazadores. Aunque en otras especies el bostezo puede ser por relajación de sus músculos antes de atacar o después de comer, acá las cerdas lo hacían porque su vida se basa en ser y simplemente experimentar la calma del hogar eso me hizo cuestionarme algunas cosas que no daré respuesta por acá, pero me encantaría que te las preguntes por igual.
En ocasiones buscaban salirse de sus áreas designadas y yo intentaba explicarles con palabras humanas lo afortunades que son al tener personas humanas que dan parte de sus vidas y les cobijan, procuran, alimentan y poco a poco les van creando ese paraíso terrenal, pero había algo que parecía les aburría (quizá es mi interpretación vista desde los ojos de una persona humana, pero no somos muy diferentes, querían escapar e irse a perder al bosque.
Les continuaba explicando que la primera persona humana les despojaría de sus vidas, que ahí, aunque limitadamente en territorio, son libres e incluso viven como ningún otre animal puede vivir, claro que el lugar (spoiler alert) necesita mucha ayuda y el alimento no se da por generación espontánea y que se necesitan más personas que ayuden a estos pequeños paraísos.
Tuve miedo que bajo mi cuidado ese bostezo se convirtiera en un grito…
¿Entonces en su libertad son verdaderamente libres de bostezar en cualquier lugar?
Desgraciadamente la respuesta es no. Quisiera que hubieran más lugares como este, pero más que una locación en sí, es el trato y relación que tenemos.
Me gustaría ahondar un poco más, pero lo haré en otras presentaciones, solo quería usar este espacio para justificar que un simple bostezo es tan revolucionario como no tenemos una idea o sí, pero verles dormir y descansar, casi todo el tiempo, y que sus gestos de sueño son como si comieran, y al despertar te miran casi casi como diciendo: “Humano me vasa dar caricias o me vas a dar de comer. Mírame, estoy aquí y estoy tranquilo/a porque mi vida es sencilla, no me tengo que preocupar por buscar mi propio alimento, y me siento protegido/a por ustedes o mejor dicho sé que no me harás daño y que ni siquiera me tienes que proteger, mi forma es diferente y muy grande respecto a la tuya, pero estamos, existimos y esta calma de despertar y mi única preocupación sea que alguien que no conozco me alimente cada día y limpie mi hábitat, no se compara con lo que pude haber vivido bajo el aburrimiento de una especie que tiene libertad de atacar a la mía”.
Nunca dejemos de apoyar los bostezos de paz de las y los demás seres. Apoya a los santuarios de tu preferencia. Más info en la Red de Santuarios Antiespecistas de México.